Fallen Apart

Cause future is unknown'

Capítulo 17

Capítulo 17

-Y así la hija de la emperatriz de Austria comenzaba con la idea que sería la próxima reina francesa, más con su corta edad no sabía lo que le esperaba. – y así hablaba y hablaba la maestra Strauss. Nuestra maestra de historia. Trataba de ponerle al menos un poco de atención, pero mi mente no hacía más que pensar en mis problemas. Observe a Lola, quien estaba sentada dos bancos delante de mí y tampoco parecía poner atención.



- Entonces la futura monarca dejo a su preciada Austria y con la grata bienvenida de los franceses comenzó con su nueva vida. ¿Qué edad tenía Marie Antoniette entonces, Franz? – Observe al chico regordete con pelo rojizo. Quien ojeaba su cuaderno y se ponía nervioso al no saber la respuesta - ¿Franz? – Volvió a repetir, y el chico se quedaba mudo.


Sophie: Tenía 14 años, maestra Strauss – solté, sintiendo todas las miradas posarse sobre mí.


-No sabía que se llamara Franz, señorita Aussen –dijo acercándose hacia mí, mientras todos reían – Pero bueno, es correcto. Tenía 14 años cuando…


Y al fin, la campana sonó dejando con las palabras en la boca a la Maestra Strauss. Todos tomaron sus cosas saliendo despepitados hacia la cafetería, era la hora del almuerzo. Yo no tenía prisa, sabía que Bill siempre me esperaba fuera del salón así que con la mayor tranquilidad acomodé mis libros y salí por la puerta despidiéndome rápidamente de la maestra Strauss.


Llevaba casi dos semanas en Dunsfogg. Mañana sería viernes y por la tarde partiría a casa con mi familia. Estar aquí era genial, pero las cosas se habían complicado. Desde la llegada de Alizeé –el primer día de clases- Lola había estado extraña conmigo y bien, seguíamos en las mismas. Con Georg no hablábamos mucho, pues había pasado algo similar a lo de su prima, ustedes recordarán.


-¿Lista enana? – gire y observe a Bill apoyado sobre los casilleros, donde siempre me esperaba.


Sophie: Lista enano, Corramos o no cogeremos pitzza – dije alarmada. Algunos jueves nos daban una deliciosa pitzza hecha al horno y era tan apetecible que volaba en un instante.


Bill: ¡Que va mujer! –Dijo en broma- Tom nos ha guardado lugar.


Sophie: Vale, y… ¿Qué tal te ido con tu cuestionario de hoy?


Bill: Honestamente creí que estaría más difícil, pero no fue gran cosa.


Sophie: ¡Por dios Bill, óyete! – Reímos – Según tú, eres un genio en las matemáticas.


Bill: Lo soy – dijo ofendido, mientras pasaba sus brazos por mis hombros y me hacía un coscorrón en la cabeza.


Sophie: ¡Auch! – dije llevándome las manos a mi cabeza, haciéndome la adolorida.


Bill: Debilucha, que debilucha –me zafé de su agarre y comencé a corre dejándolo atrás. El comenzó a reír a carcajada limpia, comenzando a contagiarme - ¡Te caerás debilucha!


Sophie: ¡Alcánzame si puedes! – y entonces sentí sus pasos más rápido, volteé y lo observe cerca mío. ¡Oh rayos!


Comencé a corre aún más rápido. Estaba perdida y no encontraba la cafetería, volteé de nuevo y Bill ya no estaba tras de mí. ¿Qué se había hecho? ¿Tan lento era? Pare, mientras me llevaba las manos al pecho y respiraba agitadamente. Oí unos pasos acercarse, levante la vista pero nada. ¿Entonces, el también ya se había cansado?


Sophie: ¿Ya te has cansado, debilucho? – grite, pero solo se oía mi eco en el pasillo. Gire sobre mí y entonces oí de nuevo esos pasos. Me asuste y comencé a correr riéndome yo sola. Voltee pero nada, no había nada….y de repente ¡PUM! Bill reía estruendosamente mientras me tenía en sus brazos y yo solo había atinado a soltar tremendo grito, me había emboscado, asustado y atrapado por el frente.


Bill: ¿El que ríe último, ríe mejor no? – dijo sin parar de reír.


Sophie: Muy gracioso, me he llevado tremendo susto – solté, dando un tremendo suspiro.


Bill: Tu te las has buscado – dijo apuntándome con su dedo – Ahora, ¿Te parece sí vamos a la cafetería?


Sophie: Si, el pobre de Tom nos ha de estar esperando como un poste – ambos soltamos una risita cómplice, mientras nos encaminábamos a la cafetería.


Al llegar me di cuenta que ya no quedaba mucha gente, y de paso dudaba que quedara pitzza. Ambos buscamos a Tom con la mirada, pero nada.


Bill: Idiota, me juró que nos guardaría lugar – reí burlona, mientras lo seguía buscando.


Sophie: Vamos Bill, Idiota eres tú por creerle – susurre, riéndome aún más.


Bill: Que pesada – rió – pero tienes razón. Que iluso.


Lo tomé por el brazo y nos acercamos a la barra, tomamos nuestras bandejas y nos sirvieron los últimos pedazos de esa deliciosa pitzza. Tomé una botella de agua pura y un poco de gelatina azul en cuadritos como postre. Busque de nuevo a Tom, pero nada.


Sophie: ¿y dónde nos sentamos? – le dije dudosa.


Bill: Haya están Georg y Lola, no sé si te quieras sentar con ellos.


Lo pensé un poco, yo no era quién para separar a Bill de sus amigos, de su grupo de amigos. Era cierto que había tensión, pero no era culpa de él que yo peleara con Lola ó Georg.


Sophie: Vale, son tanto tus amigos como los míos. Probar no hace mal – Bill me miro asombrado, él sabía lo que pasaba y me daba su apoyo, pero estaba seguro que esto no se lo esperaba.


Bill: ¿Estás segura?


No le respondí, solo me encamine hacia la mesa de los chicos. Los nervios comenzaron a invadir, pero me mentalizaba que no había nada malo que pudiera pasar. ¿Eran mis amigos, no?


-¡Chicos! – Bill y yo volteamos al mismo tiempo encontrándonos con Tom junto con Andreas en una mesa. Sí, Andreas también había ingresado a Dunsfogg y casi siempre comíamos los cuatro juntos en los almuerzos. Era bendita entre los hombres.


Bill: ¿Vamos con ellos? Te sentirás más cómoda. – entonces pude suspirar un poco más tranquila. Aún me sentía culpable de siempre dejar a Georg y Lola de un lado, pero ellos tampoco hacían nada por cambiarlo.


Sophie: Vale, gracias – Bill me guiño un ojo, mientras yo solo sonreía cohibida. Observe a Lola y a Georg antes de tomar asiento con los chicos, ambos nos observaban…a todos. Decidí que esto no podía seguir así, estaba harta. Deje mi comida sobre la mesa y bajo la atenta mirada de todos me acerqué a los Listing.


Uno a cada lado de la mesa, con la mirada gacha y sin mediar palabra. Me pare frente a ellos y aclarando mi garganta llamé su atención. Ambos me observaron con los ojos bien abiertos, ojos de culpa y a la vez de molestia. Eran tan parecidos…


Sophie: Solo quiero aclarar una cosa –susurré- No estoy del bando de nadie, solo trato de ser persona ¿vale? No quiero problemas y si realmente somos buenos amigos como solemos decir, entonces no me estarían dando la espalda como lo están haciendo. –Suspire molesta, mientras ambos me miraban asombrados- Problemas son lo que menos quiero, pero quiero aclararles chicos que no hay razón por la cual los hayan. Yo también tengo derecho a conocer a la gente ¿no creen? – Ninguno dijo nada, mientras yo soltaba un bufido –Pónganse en mi lugar entonces, luego hablaremos.


No dije más, ellos tampoco. Avancé donde estaban los chicos y sin dirigirle ninguna mirada a nadie comencé a comer mi pitzza. Sentía las miradas sobre mí, pero poco me importaba….había sacado esa carga que llevaba dentro, se los había dicho, les había dicho mi parecer.


-¿Qué les has dicho?- observe a Andreas, quien curioso esperaba mi respuesta.


Bill: ¡Andreas! – Le cortó - ¿Qué no ves que es algo privado?


Sophie: Déjalo Bill, gracias. – Suspire- Les dije lo que pensaba, que estaba harta de cargar con algo que no era mi culpa.

Andreas: Pues tienes razón.


Sophie: No sé si la tenga, pero es muy fácil juzgar a alguien, pero ponerte en su lugar no.


Los tres chicos asintieron, para luego quedar en un silencio que me tranquilizo. Estaba seguro que había hecho lo correcto, no soportaba más esa carga. Pero ¿Lola y Georg pensarán igual? Instintivamente observe su mesa, yo no estaban.


Tom: Se fueron después de que les hablaste – soltó, mientras yo dirigía mi mirada hacia él.


Sophie: No sé si hice lo correcto – solté sincera, necesitaba la ayuda de los chicos.


Bill: ¿qué? –Me dijo incrédulo- Deja de decir tonterías por favor, haz hecho más que lo correcto.


Sophie: Gracias chicos, no sé cómo agradecerles – los tres sonrieron radiantemente, haciéndome soltar una risita a mí- Iré a dar una vuelta por ahí, los veo luego.


Tomé mi bolso y me lo crucé por un brazo, para luego dejar mi bandeja en el área marcada para ello. Avance un poco por los pasillos mientras observaba como los demás chicos se alistaban para las 2 clases que nos quedaban en el día, a las cuales no iría. Avancé hacia uno de los portales y salí hacia el jardín. El aire fresco dando en mi rostro y los rayos de sol calentando mi cabello, esto me relajaba más que nada. El olor de la naturaleza, tan peculiar me embriagaba y el cantar de los pajaritos me hacía sentirme como en un sueño. Sin que nadie lo notase me  adentré en el bosque, iría a mi lugar secreto.


Flashback


-¿Saldrás? – me pregunto Andreas, mientras caminábamos por los pasillos y yo deseaba ansiosa salir a tomar un poco de aire fresco.


-Necesito un poco de aire…puro. Todo esto me agobia, me siento como en una…


-Burbuja- me contesto él, mientras yo asentía y soltaba un suspiro – Pues ve, tienes tiempo aún.


-¿No vienes?


-Te lo agradezco, pero necesito hablar con Bill de un trabajo de historia. Y según él solo hoy tendrá tiempo.


-Vale, ve con el señor ocupadito – ambos reímos, mientras Andreas se despedía con su mano y desaparecía de mi vista.


Salí por el enorme umbral que enmarcaba la puerta a uno de los tantos jardines, el cielo estaba gris y parecía que llovería pronto, pero el bosque me llamaba y sin importarme fui adentrándome en él. Era hermoso, miles de árboles, flores y arbustos hacían del suelo una majestosa obra de arte y cuando llevaba mi vista hacia el cielo observaba las copas de los arboles topándose entre sí.


Cada vez avanzaba mas, dejándome llevar por tal belleza. Daba vueltas, me recostaba en las hojas, las esparcía por todos lados…parecía una niña de 4 años, que disfrutaba de la primavera y gritaba como loquilla. Me recosté en el suelo y aspire el olor que amaba de la naturaleza. Me acomodé y entonces, ¡Tic!... ¡tic! y miles de gotitas empezaron a caer en mi rostro, comenzado a mojar mi uniforme. Buscaba donde refugiarme pero no habían más que arboles por todos lados.


Comencé a correr, muchos decían que te mojas más corriendo que caminando como una persona civilizada, pero en ese momento me agradaba sentir las millones de gotitas que caían con fuerza sobre mi rostro. Observe un sendero, lo atravesé rápidamente y me tope con un pequeño puente, donde por debajo pasaba un arroyo.


Seguí avanzando hasta que encontré lo que deseaba…una cabaña. Era pequeña, de esas típicas que era madera en su mayoría. Me acerque lentamente y llamé a la puerta un par de veces…nada, así que me animé y lentamente gire la perilla pero no, estaba cerrada.

Me senté en el pórtico a esperar que la lluvia pasara, mientras aprovechaba para relajarme y despejar mi mente.






                         Abrí mis ojos, me había quedado dormida…la lluvia había cesado y estaba oscureciendo. Deseaba ver el atardecer, pero me perdería y entonces me llevaría tremendo castigo- No seas cabeza dura – me dije, mientras trataba de acordarme del camino. Observe las luces de Dunsfogg, ya era completamente de noche. Me acerqué cautelosa, no quería ser vista.


-¡Sophie Anne!- volteé con miedo y observe a Tom, quien desde el umbral de la puerta grande me miraba molesto.


-Tom...- susurré, se acerco hacia mi cuidándose de no ser visto y me tomó por los hombros.


-¿Dónde diablos estabas? ¡Estas empapada!


-No es nada, estaba tomando un poco de aire.


-¿tomando aire? ¿Pero desde que hora? – Susurro incrédulo- todos estábamos preocupados por ti.


-Valla, perdona…creo que no medí el tiempo- me acerqué a él y sin pensarlo lo rodeé con mis brazos –Gracias.


-Gracias a ti por la empapada-soltó gracioso- Pero ya, vamos que debes cambiarte esa ropa. Sígueme.


Fin Flashback


Esa cabaña me encantaba, y era un espectáculo también observarla de día. Me senté en el pórtico observando el arroyo y relajándome con el sonido del agua. Recordar cuando había encontrado este lugar me agradaba. Recordaba perfectamente como Tom me tomaba por los hombros y me decía que estaba preocupado, eso me ponía los pelos de punta.


Entonces recordé cuando había hablado con Lola y Georg, mientras una lagrima se asomaba por mis ojos. ¿Estaba haciendo lo correcto? Los quería demasiado a ambos, éramos amigos desde pequeños y no se podía arruinar nuestra amistad así por así.


-Ahora veo porque vienes aquí tan seguido- observe hacía el bosque, donde Tom venia apareciendo.


Sophie: ¿Qué haces tú aquí? – pregunte asombrada, mientras limpiaba de mi rostro unas cuantas lagrimas.


Tom: ¿No puedo venir?


Sophie: Nunca dije eso, es solo que pues…


Tom: Es tu lugar secreto. – Lo observe asombra mientras él tomaba asiento a mi lado.


Sophie: ¿Cómo lo sabes?


Tom: Lo supuse y pues ahorita me lo acabas de confirmar– me sonrió burlón, mientras yo ponía los ojos en blanco.


Sophie: Vale, es mi lugar secreto y aunque suene ridiculo no sé lo digas a nadie.


Tom: ¿Por qué?


Sophie: Que eres tonto, ¿no es obvio?


Tom: Vale, vale…tranquilízate. No le diré a nadie, será nuestro lugar secreto – eso sonaba bien, solo suyo y mío. De nadie más.


Sophie: ¿Lo puedes jurar? ¿No traerás a nadie…a ninguna chica?


Tom: Sí lo juro, no te podré traer entonces- dijo observándome directamente a los ojos.


Sophie: Que no he terminado hombre… ¿A ninguna chica a excepción de mí?


Tom: Ok, lo juro –dijo soltando un suspiro.


Sophie: ¿Cómo sé que estas dándome tu palabra?


Tom: ¿Acaso no crees en mí? –negué repetidamente, mientras soltaba una risita traviesa. Él se acercó más a mí mientras observaba mis labios y mis nervios comenzaban a aflorar- ¿Estás segura?


Sophie: Más que segura, debemos sellar este pacto y así podré confiar en ti.


Tom: Entonces tengo la solución- dijo cada vez más cerca de mí.


Sophie: ¿Cu…cual?- titubeé, los nervios me dominaban.


Tom: Bésame.


Abrí los ojos de par en par, para luego cerrarlos de golpe al sentir sus suaves labios sobre los míos. Era increíble, era más que un sueño…este era nuestro secreto, nuestro pacto.


Continuará…





Fallen Apart Fic - MaJo

1 comentarios:

awwwwwwwwwwww *-* AME! (en todo sentido de la palabra) AME ESTE CAPITULO♥

Tom estuvo re tierno, se vio su lado romantico ♥

Sophie es un inocente, que deje de comerse la cabeza por culpa de Lola y Georg..La razon del porque estan distanciados es mas que obvia, la culpa de de ellos..no veo porque tienen que enojarse -.-

Los amigos pueden ser MUY celosos y posesivos :/

Saludos Majo, te adoro♥
xoxo