Sophie: Por dios, ¿Georg, eres tú? – Lo abracé rápidamente, estaba muerta de felicidad, tanto tiempo sin verlo. Él era un amigo muy cercano de la familia, en realidad habían sido novios con mi hermana, y él prácticamente era mi mejor amigo aunque me llevará cuatro años, le tenía mucho cariño. Aunque él y Emma ya no hablaban, siempre mantuvimos el contacto.
Georg: Estas cambiadísima, cuanto me alegro de verte – Me abrazó de nuevo, lo extrañaba muchísimo.
Sophie: Lo mismo digo de ti, ¡Cuánto te extrañe gruñón! –Le dije a su oído, gruñón era el apodo que le había dado hace mucho tiempo. Me encantaba llamarlo así, porque sí, era un gruñón.
Georg: ¿Todavía lo recuerdas? – Preguntó sorprendido, como se me iba a olvidar. Se separó de mí y me sonrió, mi gruñón…
Sophie: Vamos Georg, imposible olvidarlo – Reímos y me volvió a abrasar, Georg era como el hermano mayor que nunca había tenido, lo quería demasiado.
X: ¿Y a mí no me piensas saludar? – Esa voz sonó detrás de mí, volteé rápidamente y la vi…estaba preciosa.
Sophie: ¿Lola? ¡Amiga de mi corazón! – Se acerco rápidamente a mí, y me beso en la mejilla. Luego me abrazo como un osito de peluche. Ella era la Prima de Georg y para mí, era como una hermana. Era unos meses menor que yo, pero nos llevábamos de maravilla, ella era mi complemento.
Lola: ¿Amiga de mi corazón? Esa es mi frase, no la copies – dijo haciéndose la ofendida, reí ante sus palabras, estaba en lo cierto, ella siempre me decía así, y yo… siempre me burlaba. Quería jugarla en su contra.
Sophie: Lo sé, Lo sé – Reí– Solo estaba bromeando, tu sabes amiga de mi corazón.
Lola: Oh, Sophie. Cuanto extrañaba tus bromas. –Me abrazó de nuevo, y jaló a Georg por el cuello. Los tres juntos nos abrazamos cálidamente….eran lo mejor.
Georg: En verdad, ¿Hace cuanto que no te mirábamos? – Dijo aun dentro de nuestros brazos, poco se le entendía, pero lo suficiente para captar.
Sophie: La verdad no lo recuerdo, creo que cuando ustedes llegaron a Hamburgo para la navidad – reí, las caras que Georg hacia eran muy graciosas, parecía todo un pequeño niño.
Lola: ¿Hace tanto? No lo recordaba… -Asentí lentamente, hace más de un año que no los miraba.
Sophie: Pero chicos, nos hemos encontrado de nuevo… ¿No les alegra? –sonreí, estaba contenta.
Lola: Ni siquiera lo preguntes. ¡Claro, claro que sí! – Los tres reímos, y nos volvimos a abrazar, todos nos alegrábamos de vernos de nuevo, después de tanto; a quién no.
Estuvimos hablando de lo que había sido de nuestras “vidas” el tiempo que no nos habíamos visto, escuela, amigos, familia… ¡Todo! Georg, era muy gracioso y Lola, ni se diga. Me preguntaron porque estaba en Leipzig, donde estaba mi hermana (cosa que pregunto Georg) y a qué instituto iría. Georg se graduaría este año de la escuela, y Lola iría en el mismo curso que yo. Sí, ambos irían a HalleGutt, igual que yo. Al parecer era bastante famoso el internado por estás áreas y más del 80% de los jóvenes en Leipzig iban ahí.
X: ¿Georg, rodeado de chicas? –Una voz muy grave sonó tras de Lola y mí - ¡No me lo creo! – soltó un carcajada y Georg rió al tiempo que ponía los ojos en blanco. Lola rió por lo bajo, mientras tapaba su boca. Yo… solo estaba sumida en mis pensamientos, esa voz me era conocida. Creí tener una idea de quién era, y por lo mismo no quería voltear. Temía que fuera mi imaginación, pero aún así, juntando mis fuerzas volteé rápidamente…quedando cara a cara.
Se quedo como piedra al verme, callando todo sonido de risa o alegría… más bien estaba impresionado. Le sonreí y él pareció reaccionar.
X: Sophie… -Sí era él, era único.
Sophie: Hola, Tom – Dije tranquila, me alegraba mucho verlo. No soporte más y me lancé rápidamente a sus brazos, se sorprendió y se quedó estático, pero luego de unos segundos pareció reaccionar, sus brazos me rodearon y me apretujo fuertemente.
Tom: Wow, Sophie. Cuanto me alegra verte – Me separé un poco de él y luego reímos. Eso era buena señal, ¡Se alegraba! Ó ¿Simplemente estaba fingiendo? Hay, pero que cosas podía llegar a decir- Nunca pensé que…
Sophie: ¿Nos veríamos de nuevo? – Sabía que lo iba a decir, pues, hasta yo lo había pensado así. Era claro ¿No? Me vio impresionado y luego rió.
Tom: Sí, que ya no te vería – Su cara se tornó seria, ¿Estaba hablando en serio?
De un segundo a otro su semblante cambió completamente, y esa hermosa sonrisa que lo caracterizaba surcó sus labios, me atrajo a él, y me abrazó como nunca antes.
Tom: Estás preciosa – susurró muy cerca de mi oído. Lo vi impresionada, estaba realmente nerviosa, no sabía la razón…él simplemente me ponía nerviosa todo el tiempo. Sonreí tímidamente mientras mis mejillas tornaban un color rojo, muy fuerte. Él me vio calmado, vamos que no hace más de unos meses que no lo miraba, y yo estaba así, era tonto…
Se acercó a mí con la intención de besarme en la mejilla, nos habíamos olvidado de Georg y Lola que nos miraban con la boca en el suelo, totalmente impresionados. De un movimiento a otro, el beso de Tom resultó muy cerca de la comisura de mis labios, ahora sí que estaba más que nerviosa. Lo vi incrédula y el simplemente sonrió pícaro, era el Tom que recién había conocido.
Georg: Ohm, ¿Se conocen? – Su cara demostraba pena, ¿Habíamos dado un gran espectáculo acaso?
Tom: Pues, verás… - Se adelantó Tom, que chico que era.
Georg: ¡No me digas que ella, era la Sophie que mencionabas! – espetó sorprendido mientras me señalaba. ¿Es qué acaso esto era un juego ó una broma? Dudaba que Tom me mencionara en el tiempo que no nos habíamos visto. Una pregunta surcó mi mente, ¿Le gustaba a Tom?
Tom: Sí, Georg… Ella es Sophie, Sophie Aussen – Me sonrió y luego tomó mi mano desprevenidamente. ¿Qué pasaba aquí?
Georg: ¿Es que acaso eres tonto ó te haces? – hizo ademán de pegarle, en broma, pero Tom más rápido los esquivo y me abrazo fuertemente.
Sophie: Chicos, chicos – dije inaudiblemente, Tom me estaba asfixiando. Me soltó rápidamente y costosamente los mire a ambos – Tom, Georg y yo nos conocemos hace mucho. Es prácticamente mi mejor amigo. Y Georg, conocí a Tom unos meses atrás, cuando visité las canarias ¿Lo recuerdas? – Asintió lentamente – Ahora, ¿Cómo se conocen ustedes?
Georg: Oh, larga historia… - comentó riendo
Sophie: Tengo tiempo, vamos, cuéntame – Lo miré cariñosamente e hice pucheritos, lo convencería.
X: Amor, ¿Haz terminado? - Mi madre se hizo presente, que oportuna.
Sophie: Mamá, sí… solamente creo que
Caroline: ¡Por Dios! ¿Georg, Lola? – Me cortó, se acercó a ellos y los abrazo efusivamente. Los chicos se estaban poniendo verdes, por la falta de aire. Tom y yo reíamos escandalosamente por la parte de atrás, era una escena graciosa – Están grandísimos – Tom y yo volvimos a reír, las caras de Georg y Lola eran extremamente graciosas. Mi madre voltio inmediatamente - ¿ Y tú eres? – le dijo a Tom, sonriente.
Tom: Tom Kaulitz, mucho gusto – Tom le tendió la mano y mi madre la apretó amablemente.
Caroline: El gusto es mío Tom, mi nombre es Caroline Aussen. Soy la madre de Sophie – rió levemente mientras me observaba, Tom asintió y me vio instintivamente - ¿Conoces a Sophie, no?
Sophie: Sí mama, nos conocimos en las Canarias – la observe en señal que no continuara con el tema, pareció entender y simplemente sonrió apenada – Creo que será mejor que nos vallamos, ¿No mamá? –No quería irme en realidad, pero las cosas se estaban poniendo muy feas, no quería recordar momentos borrados y eso estaba sucediendo.
Caroline: ¿Pero qué dices cariño? Nos podemos ir, claro, pero no sin los chicos. –La miré sorprendida, ¿Es que acaso no había entendido lo que había dicho antes? ¡No quería estar con ellos, por ahorita! Sabía que si eso pasaba, todo lo que había pasado la última noche en las Canarias causaría problemas - ¿Qué les parece sí cenan con nosotros? – Oh, genial. Simplemente lo que me faltaba, todo sería un gran problema - ¿Georg, Lola? Y por supuesto tú también, Tom.
Tom me vio serio, él también recordaba lo pasado y… no quería tener que enfrentarlo. Todo era muy confuso, no sabía que decir.
Tom: Se lo agradezco mucho señora Aussen, pero… Mi hermano mi espera en casa y
Caroline: ¿Pero qué dices? ¡Que tu hermano venga también! – Por dios, cuando a mi madre se le metía una idea en la cabeza, no había forma de que lo olvidara.
Sophie: Mamá, Tom simplemente no puede…
Tom: ¡No! – Me cortó – Tu madre tiene razón Sophie, llamaré a Bill. - ¿Qué, llamaría a Bill? No, no podía hacer eso. Estaba nerviosa y simplemente no sabía la razón.
Caroline: ¡Estupendo! Sí hay algún problema yo hablo con tu madre, Tom –Sonrió y luego observo a Lola y a Georg – Chicos, con sus madres hablaré también.
Georg: No hay problema, seguro nos dejarán.
Dicho esto, mi madre nos dijo que nos adelantáramos al auto. Georg, Lola, Tom y yo salimos del local y nos subimos al auto, iríamos a mi casa. Por lo que Tom había dicho Bill llegaría a casa más tarde, pero… sí llegaría, cosa que no quería que pasase.
Tom: Y… ¿Qué haces por aquí Sophie? – Estaba perdida en mis pensamientos, no oía absolutamente nada, estaba ida - ¿Sophie? – Tom pasaba sus manos frente a mis rostro - ¡Sophie! – movió un poco mi hombro, el contacto de su cuerpo y el mío me hizo regresar a la tierra. Tenía ese hermoso rostro frente a mi nariz, me miraba atento.
Sophie: ¡Oh, Tom! – Mi madre subió al carro en esos instantes, Tom volvió a su lugar y desde ahí me sonrió. Qué hermoso era.
Caroline: Listo chicos, hable con tu abuela Sophie, la cena ya estará lista –Encendió el auto, y nos encaminamos a casa - ¿Tom, haz hablado con tu hermano?
Sophie: Sí mamá, Bill llegará más tarde – Mi madre me miró de reojo, era la segunda vez que hablaba por Tom. ¿Qué me pasaba?
Caroline: Sophia Anne Aussen, ¿Acaso te llamas tú, Tom Kaulitz? – Todos en el auto rieron, en especial Tom. No le encontraba la gracia, pues, se burlaban de mí - ¡Deja hablar a Tom! De haber sabido te hubiera puesto Tomina – Las risas se volvieron más altas, esto me comenzaba a molestar de verdad.
Estaba molesta, todos en el auto hablaban y hablaban. Yo simplemente los ignoraba y seguía observando por la ventana. No sabía exactamente por qué me daban estos ataques de enojo, pues dentro de mí me sentía inmadura y ridícula, pero era inevitable no hacerlo. Necesitaba un psicólogo de inmediato.
Después de unos 35 minutos, llegamos a casa. Todos estaban asombrados, la mansión de los abuelos era preciosa, no lo podía negar. Agregando que un mes atrás, había tenido la misma reacción que ellos. Luego de entrar y hacer todo el “tour” de la pequeña mansión, la cena estuvo lista. Mi abuela había preparado una deliciosa pasta a la carbonara, una ensalada con varios tipos de lechugas y algunas rodajas de pan tostado con deliciosa mantequilla de ajo por encima.
La cena era amena, y divertida. Los abuelos eran agradables con los chicos, y las bromas se hacían presentes en la mesa. Mi padre no había llegado, según mi mamá llegaría tarde…reuniones de negocios. Rogaba que no llegara temprano, pues lo que menos quería era que se topara con Tom, y mucho menos con Bill, cuando este llegara.
Luego de tanta platica, mi abuela sirvió el postre. Unos simples Brownies con helado de vainilla por encima, y jarabe de caramelo al final. Georg y Tom comían como si no había mañana, ya hasta habíamos perdido la cuenta. Lola, otra amante de los Brownies no se quedaba atrás, simplemente le encantaban. Todos reíamos por una broma que había hecho mi abuelo, cuando el timbre sonó. Inmediatamente mi corazón se paralizó, y mis manos comenzaron a temblar. Sabía que no era mi padre, pues él tenía llaves. Y la segunda opción, no me agradaba en estos momentos.
Caroline: ¿Sophie, podrías ir a abrir la puerta? – Oh no, solo eso faltaba. ¿Qué le diría? ¿Cómo lo saludaba? ¿Le hablaba siquiera? Me puse de pie lentamente, bajo la atenta mirada de Tom. Me acerqué al vestíbulo y me asome por la ventana, quería asegurarme que fuera….ustedes saben quién. No lo distinguía, hasta que voltio y lo vi. Debía admitir que estaba guapísimo, con su chaqueta negra y sus pantalones de lona, se miraba completamente increíble.
(Nota de Autor: Pongan la canción de Lady Gaga – So Happy I Could Die
Me coloqué frente a la puerta, y respiré profundo. No sabía la verdadera razón de mis nervios, pero sí de algo estaba segura era que él querría una explicación. No era fácil de entender, pero tenía mis razones. Abrí la puerta lentamente, con mi mirada gacha, hacia el piso.
Al sentir su presencia frente a mí, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo de pies a cabeza, era intimidante. Subí mi vista poco a poco, hasta encontrar una expresión seria y esos ojos color miel, mirándome fijamente. Aún nerviosa, me acerqué más a él y sonreí. Ladeó su cabeza, y me vio profundamente, tratando de adivinar cada uno de mis pensamientos. Ninguno de los dos mediaba palabra, solo era una comunicación visual.
Se acercó más a mí y tomó mis manos, pestañe varias veces, debía sentir que esto era real. Topó mi nariz con la suya, y sonrió tímidamente. Suspiré al mismo tiempo que él, nuestros dulces alientos toparon el uno con el otro, embriagándonos hasta los más profundo de nuestro ser. Su acercó aún más, lenta y pausadamente, hasta en un segundo posar suavemente sus labios sobre los míos. Una sensación de escalofríos y mariposas revolotearon en mi interior, estaba sintiendo los labios de Bill…mi buen amigo.
X: ¿Sophie, podrías ir a abrir la puerta? – abrí mis ojos de golpe, todas las miradas estaban sobre mí. De nuevo todo había sido un estúpido sueño, ahora tocaba enfrentar la cruda verdad.
Continuará...
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¡Nuevos Personajes!
Georg
El chico gracioso y símpatico.
Amigo de Bill y Tom, y a su véz
mejor amigo de Sophie, un amigo
incondicional para cualquiera.
Prima de Georg y la chica cuyá
Sophie la quiere como hermana.
Chistosa, cariñosa y valiente en
todos los sentidos.
2 comentarios:
me encanta leer esta historia es tan linda.. y siempre al final de los capitulios me deja con la intrida de saber q pasa, y con mas ganas de leer el sigueinte capitulo.. segui asi..
chau
Anónimo, me alegro mucho que te guste la historia. Para mi es un gusto tenerte como lector. ¡Gracias!
Para que se te facilite, puedes dejar tu comentaria del lado derecho del blog, en la barra de Gadgets... en la CBOX, para conocer más de tí, y saber tu nombre.
Te agradesco mucho tu comentario, mil gracias :D
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