Fallen Apart

Cause future is unknown'

Capítulo 10

Creerle ó no creerle. Una gran parte de mi cabeza decía que sí, y otra pequeña parte… no. Pero como toda chica testaruda, las decisiones incorrectas dominaban, en este caso lo correcto para mí.



Sin darle un segundo más a la situación, empuje a Bill hasta que este topara la pared, le dirigí una clara mirada de odio y corrí hacia la superficie de mi cama. Jalando cada una de las colchas que había sobre esta, caí como una pluma y me refundí hasta lo más profundo de esa enorme “almohada”, donde dormía cada noche.


Las lagrimas no tardaron en salir, no entendía porque ahora actuaba así ¿Era normal a esta edad? ó acaso… ¿Era una paranoica? Creía que la segunda era más factible, simplemente sabía que estaba completamente loca.


Esas manos, que minutos atrás habían estado junto a las mías, quitaban cuidadosamente cada una de las colchas que tenía sobre mí. Al comienzo me había asustado, pero sabía claramente de quien se trataba. “Sophie” susurraba una y otra vez, mientras las colchas iban desapareciendo una a una.


Bill: Vamos Sophie, sal de ahí… ya no eres una niña de 8 años –Dijo sereno, su mano encontró uno de mis brazos, suavemente lo acaricio y repitió mi nombre – Sophie – Todos y cada uno de mis sentidos estaban alertas, el contacto con su piel era… único. Despertaba en mí sensaciones extrañas y me ponía la piel de gallina.


Sophie: Déjame en paz – dije bajo, pero claro. Me molestaba el hecho de que jugara conmigo y aún más que mi hermana tuviera que ver en esto, no le encontraba razón.


Bill: Oh, vamos Sophie. No seas ridícula, ¿Se podría saber que ha pasado? – Esas palabras me habían molestado, me levante de golpe, aventando todas las mantas. Bill se había separado de la cama, cada una de sus manos se encontraban al lado de su cabeza, como cuando un ladrón era encontrado por la policía y este aceptaba su culpabilidad. Su semblante era de susto y su mirada era dudosa.


Sophie: ¿Y tienes el descaro de preguntarlo? – La duda en su mirada no desaparecía, no sabía que era tan difícil de entender para él.


Bill: Vamos, deja de jugar y dime de una buena vez de que hablas – Lo vi incrédula, no soportaba a la gente tonta, y mucho menos sabiendo que él no lo era, simplemente cuando le convenía.


Me puse de pie y como pude salí de mi cama, me acerque lentamente hacía a él. Lo vi directamente a los ojos y negué varias veces con mi cabeza. ¿Él? Estaba nervioso, lo podía notar a millones de kilómetros, pues cuando yo quería podía ser muy intimidante.


Varios segundos de silencio se hicieron presentes en la habitación. Me acerqué aún más a él y susurre en su oído:


Sophie: No puedo entenderte, Bill. Pero sí de algo estoy segura es que esto… no se quedará así – Lentamente me separe, observe su rostros y sus ojos, estaba inerte… sin ninguna señal de vida. Sonreí de medio lado y me encamine hacia el baño. Dando un fuerte golpe a la puerta, mis rodillas tocaron el suelo y pequeñas gotas de agua comenzaron a salir por mis ojos lentamente.


La puerta no tardo en sonar, ¿Porqué era tan insistente? No lo comprendía ni en lo más mínimo. Tenía que aclararle las cosas lo antes posible. Me puse de pie lentamente y me observe en el espejo. Mi poco maquillaje estaba corrido y mis ojos eran como dos globos rojos…grandes, húmedos y sí, rojos.


La puerta volvió a sonar y mi paciencia de poco desaparecía, decidida gire la manija de la puerta lista para enfrentarlo y decirle la verdad en la cara. Evitando hacer el mayor escándalo la comencé por abrir de apoco, El gemelo menor miraba desde la ventana de mi habitación ese bello anochecer, me acerqué a él y me posé a un lado.


Bill: ¿Qué es lo que pasa? – Lo mire seria, tratando de hacerlo entender la situación – Realmente detesto cuando te pones así, como si fueras muda.


Sophie: No soy muda – le corté rápidamente – simplemente estoy cansada de cómo eres conmigo. ¿Quién te entiende Bill? Imagina que solo nos llevamos conociendo unos cuantos días, como será cuando sean años, sí es que lo son.


Dicho esto voltee dándole la espalda, el suspiro y se poso nuevamente frente a mí.


Bill: Te entiendo. Pero entonces, ¿Qué diablos sucede?


Sophie: Eres igual que tu hermano, nada más que un estúpido Casanova – su rostro se deformo en cuestión de segundos. Era malo lo que le decía, pero era nada más que la verdad.


Bill: ¿Me llamaste estúpido Casanova?


Sophie: Sí, sí… y mil veces ¡SÍ! – Le dije resaltando cada vez más las palabras, muy cerca de su rostro – Aparte de ser un completo Casanova, eres sordo. ¿Qué consuelo, no?


Molesta me acerqué a la puerta y la abrí de un tirón, observe a Bill por un último momento y me decidí en salir de la habitación, pero como menos lo deseaba me tope con…Tom, quién justo estaba por tocar la puerta. Lo observe molesta también, no controlaba mis emociones en esos momentos.


Sophie: ¡Pero miren, el mismísimo Rey de Roma! Justo hablábamos de ti, mi querido Tom – me acerqué a él coqueta y toqué su mejilla, seguido, me acerqué lentamente a su oreja y le susurre “Púdrete, cariño”


Sonreí de medio lado y sin esperar más corrí escaleras abajo, atravesando cada uno de los ventanales hasta llegar al patio trasero, donde todo era nada más que oscuridad pura. El miedo y la tristeza recorrían fuertemente cada una de mis venas, pero estaba segura que no me podía dejar llevar por esas sensaciones insignificantes. Sabía que era fuerte y sobretodo… valiente.


Internamente busqué las razones por las que en ese preciso momento me encontraba ya bajo un árbol viejo y completamente muerto, en el medio de la oscuridad, y con solo mi fiel amiga luna como compañera. El miedo seguía presente, pero la tristeza era indescriptible. Esos momentos en el que uno se siente querido, afortunado y casi con una vida perfecta, no estaban presentes en mi mente, en cambio, la desdicha, el rechazo y las ganas de llorar dominaban mis sentidos, mi cuerpo y mi mente casi inerte.


Un ruido completamente extraño llamó mi atención, observe para todos los lados que mi vista permitía, más la oscuridad hacía imposible el hecho de identificar a algo y mucho menos a alguien.


X: ¿Estás bien? – Esa voz, era hermosa. Pero en estos momentos la odiaba totalmente.


Sophie: No quiero ser pesada, por favor, quiero estar sola – No podía encontrar a la persona que me hablaba, podía suponer de quién se trataba, pero no estaba segura.


X: Te entiendo, solo quiero… - Se sentó a un lado de mí, me sobresalte y su mano se poso en uno de mis brazos con la intención de calmarme, ahora si podía distinguirlo mejor – solo quiero confesarte algo, Sophie.


Sophie: ¿Me vas a decir que lamentas todo, y que soy… “maravillosa”? – Sabía que mis palabras eran ridículas, pero conociendo a los hombres sabía que diría algo similar e igual de ridículo.


X: Sí lo quieres tomar así me da igual, solo quiero aclarar las cosas y digamos que… comprobar una teoría - ¿A qué se refería con eso? Los chicos podían llegar a ser muy extraños, pero esto rebasaba mis límites.


Sophie: Me estas asustando, ¿Qué significa esa teoría, Bill? – lo oí soltar una carcajada, y ver brillar sus deslumbrantes ojos, me era imposible ver su rostro, la oscuridad era demasiada y la noche estaba completamente sobre nosotros, la brillante luz de las estrellas era nuestra única iluminación.


Bill: No sé porque te asustas, primero que todo, solo quiero aclarar las cosas.


Sophie: Ya veo, ¿Ella besa bien, no? - La poca luz que reflejaba su rostro me permitió su ver aquel hermoso perfil lleno de confusiones, mientras yo esperaba una respuesta clara de sus razones con Emma. Debía aceptar que los celos me dominaban.


El silencio era rotundo, el no decía palabra y simplemente miraba hacía el suelo. Bill aclaró su garganta y yo lo observe de inmediato, se acercó más a mí y me acostó lentamente en el suelo lleno de hojas caídas, se poso sobre mí delicadamente dejando su rostro a escasos milímetros. ¿Aquí íbamos de nuevo? Esperaba que este sí fuera un beso real y no otro de mis tontos sueños.


Podía sentir su respiración, nerviosa y a la vez cálida. Su semblante – en lo que podía observar – era serio, pero podía sentir su decisión. Me observo detalladamente, sonreí y fue entonces cuando sentí sus suaves labios sobre los míos, encajando como si fueran hechos el uno para el otro, como sí fuéramos uno solo.


Lentamente se separo de mí, lo vi asombrada y él me sonrió. Fue entonces cuando entendí el sentido de sus palabras. “Debo confesarte algo”


Bill: Esta es mi teoría, espero que ahora entiendas – susurro muy cerca de mis labios, haciéndome estremecer cada parte de mi cuerpo adolecente – Yo nunca besé a nadie, mucho menos a Emma. Sí eso es lo que crees.


Sophie: ¿Cómo puedo saber que no mientes? – Y ahí estaba mi lado desconfiado y testarudo, solo yo sabía arruinar las cosas.


Bill: ¿Qué no te acabo de besar? ¿Eso no prueba nada para ti? – Podía tener razón, pero ese lado desconfiado siempre me hacía dudar, Bill miraba atento a cada uno de mis movimientos, pues aún seguía sobre mí - ¿No has sentido nada cuando… te besé?


Y fue ahí cuando sus palabras hicieron mi cerebro funcionar. Había deseado ese beso demasiadas veces, pero… ¿Realmente lo había sentido como él?


No creía ver a Bill como nada más que no fuese un amigo, ¿Entonces que había sido ese beso, un juego nada más?


X: ¡Sophie! – Oh no, ahora no.


Continuará…


Fallen Apart Fic - MaJo

1 comentarios:

ohhh, ame tu fic!
me encanta todo! desde los nombres de los personajes, hasta los lugares, TODO! es muy buena, en serio!- aunque pense que Sophie estaria con Tom♥ u.u -
besos!