Fallen Apart

Cause future is unknown'

Capítulo 11 (Primera Parte)

Capítulo 11 (Primera Parte)

El pánico y el miedo latían en mi corazón desbocadamente, la preocupación recorrían mis venas a la velocidad de la luz… no podíamos ser vistos, no así.



Sophie: ¿Haz escuchado? – Bill, quién aún se encontraba sobre mí me observo atento, sin comprender. Me separe del suelo, haciendo ademan de ponerme de pie.


Bill: ¿Escuchar, qué? – rápidamente tomo mi mano, acercándome de nuevo a él.


Observe sus ojos, su mirada aún bajo la oscuridad y esboce una sonrisa, me vio dudoso y luego mostro cada uno de sus blancos y filosos dientes, luciendo esa sonrisa tan hermosa.


Sophie: Olvídalo, ya estoy delirando… - ambos reímos por lo bajo, y nos perdimos de nuevo en la mirada del otro. Me acercó más él y lentamente tomo nuestras manos, entrelazando cálidamente los dedos en los del otro.


Bill: No, no estás delirando. Pero… - De un momento a otro, volví a escuchar un sonido que llamo mi atención, ¿Es que en verdad estaba loca? – Sabes, te noto extraña Sophie.


Sophie: Por dios Bill, ¿De qué estás hablando? – Sonreí simpática, tratando de evitar a toda costa la cantidad de preguntas que Bill me haría – ¿Por qué no entramos? Esta comenzando ese frió horrible, tú sabes. – sonreí de nuevo y me encaminé debajo de esos frondosos árboles, solo deseaba encontrar las luces de la mansión.


“Espera” oí a mis espaldas, volteé de nuevo y observe ese hermoso rostro por enésima vez.


Bill: Antes de entrar, necesito saber algo – Y aquí íbamos de nuevo, ese miedo se hacía presente otra vez, porque sabía exactamente que me preguntaría.


“Dime” susurre suavemente, esperando esa pregunta que tiempo atrás me había hecho, se podía decir que nunca la había respondido, y conociéndolo bien el no era capaz de no obtener una respuesta.


Bill: ¿Qué sentiste cuando… te bese? – lo vi seria, no era que no quisiera contestar, simplemente no era el momento, ni yo lo sabía.


Sophie: Bill, yo…


X: ¡Sophie! – una voz conocida me llamo de repente, parecía ser la voz de mi madre, ó tal vez estaba delirando de nuevo - ¿Sophie? – esa voz de nuevo, de seguro me estaban buscando. La voz se oía lejana, como si estuviera en el interior de la casa.


Sophie: Será mejor que regresemos Bill… me, digo, nos han de estar buscando. – concluí


Él no dijo nada, con su cabeza gacha se encaminó y se poso a mi lado, me vio tristemente, esperando mi respuesta. Le sonreí de medio lado y me encamine hacia donde provenía la luz, hacia la casa. Ambos caminábamos en silencio, solo se oía los pasos en el silencio de la noche, en la penumbra, y por veces los gritos de mi madre llamándome. Cuando salimos del frondoso bosque, pude divisar la gran pérgola que ocupaba toda la parte trasera de la mansión, y ahí, en uno de los grandes ventanales la silueta de mi madre.


Sophie: ¡Aquí estoy mamá! – grite a todo pulmón, para que tuviera más que claro que ya estaba cerca.


Junto a Bill nos acercamos todavía en silencio, no era incomodo, pero si era completamente extraño. En mi mente todavía no entraba la idea que nos habíamos besado. ¿Ahora qué le diría a Tom? Era cierto que con el gemelo mayor no éramos nada, sí, absolutamente nada. Pero mi verdadera preocupación no era esa, era el hecho que me sentía, como decirlo… ¿Sucia? En verdad me sentía como una jugada, una completa…puta.


Caroline: ¡Hija! – Dijo mi madre, justo al momento que Bill y yo habíamos llegado a su lado y una sonrisa enorme se apoderaba de su rostro – Pero sí es nada más y nada menos que Bill Kaulitz- su sonrisa se ensancho más y rápidamente abrazó a Bill – Es un gusto amor.


Bill: El gusto es mío señora Aussen – Mi madre observaba a Bill detalladamente, aún con esa sonrisa enorme.


Caroline: Oh vamos, no me hagas sentir vieja– rió - Puedes decirme Caroline – Mi acompañante sonrió, mientras intercambiaba un par de palabras más con mi madre -- Y… ¿Dónde se habían metido? – dijo con un mirada acusadora y ese tono retador, típico de las madres.


Sophie: Verás má, nosotros… - No sabía que escusa dar, era claro que no le diría “Sí mamá, lo insulté, nos peleamos y luego nos besamos”


Bill: jugábamos a las Escondidas - Dijo de repente. Mi madre soltó una risa, mientras que yo lo miraba incrédula. El rápidamente me observo de manera obvia, mientras encogió sus hombros y sonreía radiantemente a mi madre.


Caroline: ¿No están un poco… grandes para eso? – dijo entre risas, yo bufé cansada. ¿Para qué tanta entrevista? Que nos dejará de una buena vez.


Sophie: Eso no importa, no hay edad para ese juego.


Caroline: Tienes razón, pero… ¿Solo ustedes dos? – Al decir esas palabras mis mejillas comenzaron a arder, mientras Bill se aclaraba la garganta nervioso. Mi madre simplemente nos observaba y luego sonreía complacida. ¿Pero qué mosco le había picado?


Sophie: Los demás no querían jugar mamá, no los podemos obligar – Mi madre me estaba cansando en verdad, pero yo simplemente actuaba de una forma inocente. No la quería hacer sospechar.


Caroline: ¿Es eso cierto Bill? – El lentamente asintió, soltando un simple “Mjm”. Ahora podía respirar tranquila – Esta bien, ya no los molesto más – rió – En realidad te buscaba Sophie, para decirte que saldremos con tus abuelos y tu padre.


Sophie: ¿Con papá? – noté como Bill se tensaba al instante, su primer encuentro no había sido el mejor. Aquella noche en el hotel de Canarias, donde todo había terminado mal - ¿Dónde está? – pregunte desesperada, por el bien de Bill, lo mejor era que mi padre no lo viera.


Caroline: Ya están en el auto, tu abuelo olvidó el cumpleaños de su prima Margarett – Dijo de manera graciosa, Bill y yo reímos notablemente, aunque sabía que él estaba nervioso – Tú sabes cómo es, así que a última hora se recordó y ahora nos vamos para allá.


Sophie: Ya veo, no se preocupen vallan… tranquilos – dije suave - ¿Irá Emma? – Rogaba porqué se fuera con ellos y me dejará tranquila con MIS amigos.


Caroline: No, salió, pero no con nosotros. Creo que regresará más tarde – sonreí de oreja a oreja, me alegraba que hubiera salido, ahora tendría la noche para mis amigos y yo. Mi madre se sorprendió por mi reacción, vamos que, no es normal en la relación de hermanos, que uno se alegre porque el otro no está – Cualquier cosa llama. Regresaremos tarde, así que no nos esperes despierta.


Sophie: ¿Y los chicos?


Caroline: Cariño, ya sabes que son Bienvenidos – sonreí, estaba feliz – Georg, Lola y ¿Tom, no? – Asentí – Bueno pues, están arriba, en la sala ó en tu habitación… no lo sé.


Sophie: ¿En mi habitación? ¡Oh má, de haberlo dicho antes! – Dicho esto me acerqué a ella y la abrace rápidamente, seguido de un beso en su mejilla – Vallan con cuidado – reí – ¿Vamos? – Dije bajo, dirigiéndome a Bill - ¡No puedo permitir que esos vándalos entren en mi cuarto! – concluí entre risas.


Mi hermoso acompañante se despidió de mi madre, tal cual yo lo había hecho. Tomé por instinto la mano de Bill, mientras rápidamente subíamos las largas gradas en forma de caracol. Seguimos por el corredor y nos asomamos por la sala familiar, no había nadie, el silencio era rotundo. Genial estarían en mi habitación, lo que faltaba.


De un solo jalón continuamos nuestro camino con Bill, debía llegar rápido, sino quien sabría cómo iba a encontrar esa habitación.


Bill: Te notó feliz – me dijo rápido y alegre, sin parar de caminar. Sonreí para mis adentros, porque sí que lo estaba- ¿Te alegra cuando no está Emma?


Sophie: ¿Se nota mucho? – dije entre risas, sin verlo, pues él se encontraba unos pasos más atrás.


Bill: Ya lo creo, irradias de felicidad – Reí escandalosamente, a veces podía ser tan extremista.


Sophie: No es para tanto Bill. En realidad no es por ella, simplemente me siento así – oí como soltaba un pequeña risita burlona. Entonces lo observe, sin dejar de avanzar y le saqué la lengua, en forma de broma.


Bill: Ya veo, entonces es por… - Dudó, no decía nada. Parecía pensarlo bien – Es por mi compañía, por nada más que Bill Kaulitz.


Sophie: Que gracioso – dije por lo bajo, asiéndome la ofendida. Parecíamos unos pequeños niños jugando y haciendo el tonto, unos totales críos.


Luego de llegar hasta el fondo del pasillo, aceleré el paso, me estaba comenzando a asustar. ¿Qué si habían destruido todo? ¿Si habían revisado las cosas privadas? ¿Mi Armario? Subimos las pequeñas gradas que conectaban con mi habitación y nos acercamos a la puerta, observe al gemelo menor y entonces de una abrí la puerta rápidamente.


Sophie: ¡Vándalos, Vándalos! – Dije graciosa, mientras observa las caras de tres personas totalmente atónitas, aparte de Bill - ¿Cómo osaron en entrar aquí? – Reí – Esta es como la torre de la princesa. Solo la princesa entra aquí – dije con tono de superioridad, y por dentro reprimiendo una gran risa.


Georg: Sophie, siempre tan ridícula – dijo comenzando a reír, fruncí el seño y lo observe maléficamente. Él y sus comentarios “fuera de lugar”.


Todos comenzaron a reír de repente, sin parar. Pero me percaté de cómo Tom miraba hacía una dirección, hacia ademán de reírse, pero estaba como perdido en otro mundo. Lo observe, lo observe por no sé cuánto, el claro ni se inmutaba, pero a mí en cambió, una gran culpa me comenzaba a crecer en mi interior.


De una, nuestras miradas se encontraron, y fue entonces cuando el mundo se paro completamente para mí. Había olvidado completamente el poder de esos ojos color miel, esos ojos que pertenecían a ese chico que me había dejado ciega con su belleza. Un escalofrío me recorrió de pies a cabeza, y por segunda vez en el día, me sentí la mujer más sucia y fácil en el mundo entero.


Continuará...




Fallen Apart Fic - MaJo